Identifica los diferentes tipos de dolor
Ser físicamente activo no debería ser doloroso, pero ocasionalmente las lesiones ocurren. Las lesiones más comunes son a menudo lo que los médicos deportivos llaman "uso excesivo". Las lesiones, por lo general son el resultado de tratar de hacer demasiadas cosas demasiado rápido.
Los dolores más frecuentes de origen deportivo46 47 15
El estiramiento adecuado durante la fase de enfriamiento puede ayudar a prevenir la mayor parte del dolor muscular del "día después". El dolor de las articulaciones o ligamentos, por otro lado, es típicamente un motivo de preocupación.
- Dolor muscular producido por desgarros en tendones y/o fibras musculares, frecuentemente debido a estiramientos inadecuados.
- Torceduras: desgarros en los ligamentos que conectan los huesos, se dan típicamente cuando las articulaciones se mueven de una manera torpe y con fuerza.
- Tendinitis: inflamación de los tendones que pueden afectar el movimiento articular, generalmente causada por el uso excesivo o una técnica inadecuada.
- Las fracturas por estrés: grietas en la superficie del hueso, lo que indica un trauma.
- Las fracturas de huesos: fracturas en la estructura del esqueleto, por lo general obvias, siempre requieren atención médica.
Directrices para el auto-tratamiento
Afortunadamente, muchas de las lesiones más comunes se pueden tratar en casa después de haber evaluado la gravedad de la lesión. Para lesiones menores, las pautas más comúnmente recomendadas pueden ser fácilmente recordadas por el acrónimo RACE, de reposo, Aplique hielo, Comprima, Eleve:46 47 15
- Repose el área afectada para reducir la circulación de sangre a esa parte del cuerpo.
- Aplique hielo inmediatamente para encoger los vasos sanguíneos y reducir la hinchazón.
- Comprima la zona lesionada con un vendaje elástico o un paño para ayudar a reducir la hinchazón.
- Eleve la parte dañada a un nivel superior al corazón.
Cuándo consultar a un médico
El grado de dolor y las circunstancias de la lesión lo guiarán. Por lo general, consulte a un médico si:
- El dolor es extremo o persistente.
- Usted ha sufrido un traumatismo en cualquier articulación.
- Una lesión no se cura en un tiempo razonable.
- Se desarrolla una infección o fiebre.
- Usted no está seguro acerca de la gravedad de la lesión.